Un camino real hacia la reconciliación con mi cuerpo, mi mente y mi necesidad de dulzura.

«Durante años busqué dulzura en lo que comía… sin darme cuenta de que lo que realmente necesitaba era ternura hacia mí misma.»

Durante mucho tiempo el azúcar fue mi refugio, me sostuvo cuando nadie más lo hacía, me dio placer cuando estaba cansada, alivio cuando me sentía sola y una falsa sensación de control cuando todo se desboronaba. Pero también me alejo de mi cuerpo, me desconecto de mi hambre real, me enseñó a callar emociones con comida.

«Hoy no estoy haciendo una dieta, estoy haciendo un camino de regreso a mí.»

No se trata de contar calorías ni de restringirme, se trata de escucharme, de cuidarme sin castigarme, de darme dulzura sin anestesiarme. De sanar la herida dulce con presencia, con amor, con verdad.

Este es mi diario, no es perfecto, no es rapido, no es lineal, pero es honesto y tal vez al compartitlo, tambien te recuerde que tu no estas sola (o).

Aquí vas a encontrar:

📝Reflexiones de mi día. 🥣 Comidas reales que nutren sin exigencia. 💬 Pensamientos y emociones sobre ansiedad, antojos, reconciliación corporal. 🌿 Y recordatorios de que el autocuidado no se trata de control .. se trata de amor.

¿Y tú? ¿Qué lugar ha ocupado el azúcar en tu historia emocional?

Gracias por acompañarme en este viaje. Que este espacio también sea tuyo.

Escrito con el alma por
Graciela Hernández – Psicóloga

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Publicado por Graciela Hernandez Psicologa

Mi objetivo es proporcionar a mis pacientes herramientas necesarias para que tengan equilibrio en sus vidas, a través de una atención psicológica especializada que mejore su calidad de vida en los aspectos familiares, de pareja, profesionales y sociales.  

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